Tecnología disruptiva como catalizadora de la transición ecológica desde la educación ambiental. Estudio y diseño de soluciones tecnoeducativas desde NaturTEC Kids Living Lab. NaturTEC Kids

NaturTEC Kids se asienta en el campo de la investigación educativa y social. Este proyecto, nace de la creencia de que la transición ecológica parte necesariamente de ofrecer respuestas educativas y formativas que permitan el desarrollo de aptitudes, competencias y habilidades futuras para que la ciudadanía sea capaz de afrontar el objetivo de transición verde y el desarrollo de una conciencia sostenible apoyada en tecnologías disruptivas. Buscamos dar respuesta a dos necesidades complementarias.

La primera, es la necesidad de conocer y analizar cuáles son los principales indicadores que permiten a niños, niñas y adolescentes aprender y vincularse con el espacio natural, para poder diseñar acciones en favor de una educación ecosocial o socioambiental de calidad apoyada en tecnología.

La segunda, radica en la urgencia de hacer partícipe a la infancia y adolescencia (10-15 años) y a los profesionales del ámbito educativo (docentes, pedagogos y educadores) en el diseño de soluciones para una transición ecológica hacia la reducción del déficit de naturaleza basadas en tecnología disruptiva.

La novedad de este proyecto está en las acciones participativas y de co-creación que permiten a la población infantojuvenil destinataria sentirse protagonistas del cambio que busca la transición ecológica y digital participando, por un lado, en actividades que conllevan descubrimiento y aprendizaje desde las que se comprobará cómo se relacionan los niños, niñas y adolescentes con el entorno natural; por otro lado, el proyecto integra la creación de un LivingLab, como ecosistemas de co-creación e innovación abiertos y que cuentan con la participación explícita del usuario, esto es esencial para que los participantes de nuestra propuesta puedan realmente ser protagonistas de un proceso de co-creación de soluciones y productos que permitan generar desde lo pedagógico un equilibrio entre lo tecnológico y lo natural.

ANTECEDENTES, ESTADO ACTUAL Y JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA

Actualmente, se observa que la infancia y la adolescencia tiene un déficit de naturaleza (término acuñado por Richard Louv, 2005), lo que impide una verdadera educación ambiental en entornos naturales. Los estudios recientes avanzan en dos direcciones: de un lado, se muestra la preocupación por la desconexión que la infancia muestra con mundo natural a favor de una conexión con lo digital. Para algunos autores este déficit deriva de la urbanización y los estilos de vida urbanos que desconectan cada vez más a niños y niñas de vivir experiencias en la naturaleza (Cheng y Monroe, 2012; Collado y Corraliza, 2016). Ya se han puesto nombres a esta generación que vive en su mayoría en zonas urbanas: “backseat generation” o “Bubble-wrap generation” (Chawla, 2020; Collado y Corraliza, 2016; Novotny, et al., 2021).

Lo cierto es que cada vez más alejamos a los niños y las niñas del contacto con la naturaleza durante un periodo crítico en el desarrollo (Freire, 2020). Algunos estudios de carácter retrospectivo demuestran que el contacto con la naturaleza en la primera infancia influye en la construcción de la identidad ecológica (Broom, 2017; Dewey, 2021; Fretwell y Greig, 2019). Otros demuestran que la conexión con la naturaleza disminuye a medida que los niños y las niñas van creciendo, mostrando un patrón similar en diferentes países occidentales (Crawford et al., 2017). Así mismo, existen estudios que destacan la importancia que tienen los espacios naturales para el fomento de la educación para la igualdad, al tratarse de entornos neutros en cuanto a roles de géneros (Änggård, 2011), aunque otros destacan que un mal aprovechamiento del espacio favorece la construcción de la identidad de género diferenciada, asociada al uso y disfrute del entorno natural y espacios de convivencia y participación, siendo menos libre para el grupo de niñas por la influencia y reproducción de roles de género tradicionales (Novella et al., 2021). Y, de otro lado, otros estudios empíricos muestran como las experiencias en la naturaleza, entendidas como el tiempo pasado en áreas naturales silvestres, parques urbanos o bosques (Rosa y Collado, 2019), se asocian con beneficios para la salud mental, física y espiritual (Broom, 2017).

Los niños y las niñas que conectan con la naturaleza extraen experiencias realmente positivas mostrando mayor sensación de bienestar general (Berrera-Hernández, et al., 2020). El mundo es algo que entra por los cinco sentidos y precisamente el contacto con la naturaleza nos permite oler, ver, tocar, saborear y oír, mejorando el desarrollo cognitivo (Chawla, 2015). Las experiencias infantiles de contacto con la naturaleza tienen relación directa con el desarrollo de la conciencia ecológica en la edad adulta (Corraliza y Collado, 2019). Algunos estudios han demostrado que tener experiencias gratificantes en la naturaleza se vinculan con un mayor interés en participar en otras actividades en entornos naturales y la adopción de comportamientos prosociales.

Esta realidad choca con el hecho de que la infancia actualmente sufre de hiperconectividad, entendida como el superávit de tecnología, la constante interacción con y entre entornos y redes digitales, dispositivos, información y datos (Hoskins y Tulloch, 2016). En nuestra sociedad el uso de la tecnología digital – y la hiperconectividad asociada a esta – por parte de niños y niñas se encuentra cada vez más extendida. En concreto en el año 2021 en nuestro país el 97,5% de los menores ha hecho uso frecuente de internet (INE, 2021), siendo nuestro país el segundo en Europa en consumo infantil de tecnología, detrás de Reino Unido (Freire, 2017). Son muchas las investigaciones que centran su atención en torno a los comportamientos problemáticos que genera el uso excesivo de la tecnología digital en menores (Charmaraman, et al., 2022; Savoia et al., 2021).

Sin embargo, con este proyecto pretendemos encontrar el equilibrio naturaleza-tecnología, en favor de una transición ecológica y digital sostenible donde lo digital, lo tecnológico, apoye el proceso de aprendizaje y disfrute, a través del desarrollo de las competencias ecológica, interpersonal y emocional cuando lo niños, niñas y adolescentes están en entornos naturales. La tecnología permite no solo trasladar el espacio físico al virtual, sino crear nuevos espacios (García del Dujo y Martín- Lucas, 2020).

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